Nani se levantó como de costumbre tarde. Fue corriendo hacia el baño para darse una ducha rápida cuando se tuvo que parar en mitad del largo pasillo. De pronto había cambiado de color, ahora era de color rojo.
La mujer con los ojos desórbitados mirando el pasillo. Decide fumar un cigarro mientras. El tiempo pasó y Nani allí estaba, sin dejar de mirar el pasillo rojo. De pronto el teléfono sonó, y no era más que algún jefe que reclamaba su presencia en el trabajo...pero no fue a trabajar. Así pasaron algunos días e incluso semanas. Nani delante del pasillo sin inmutarse y sin poder dejar de mirar al color rojo. Perdió el trabajo, dejó de ganar dinero y no pudo pagar el alquiler...al poco tiempo la echaron del piso. Por suerte se fue a casa de la vecina desde donde hizo un pequeño agujero que daba a su antiguo pasillo para poder mirarlo. Los nuevos inquilinos lo pintaron de blanco.